El proyecto original tenía una lógica de alejar la casa del bosque, dejando toda el área social en el lado opuesto. Sin embargo, al dar un paseo y observar la belleza de este bosque, la lógica se invirtió: la casa empezó a construirse en torno a la naturaleza.



Se reubicaron habitaciones, pasillos, baños, área de esparcimiento para que fuera posible tener una vista del bosque, escuchar sus sonidos, sentir su humedad y convivir con sus animales. La renovación se llevó a cabo con cuidado para preservar los elementos originales, como las pilastras de madera vistas.




Una parte importante del proyecto fue no tener que elegir entre la alegría del verano o la calidez del invierno, la intimidad de una película familiar o la unión de muchos amigos de todas las edades. La casa cuenta con rincones acogedores y amplios espacios de reunión, lo que permite disfrutar del bosque en cualquier época del año. La experiencia es completa: madrugar y ver el bosque, dormir hasta tarde y escucharlo.






La idea era pedirle permiso al bosque para pertenecer a ese lugar que es suyo. La casa no es el objetivo final, sino la experiencia de estar en contacto con la naturaleza y todo lo que esta ofrece.


