En Villafranca House nada es casualidad, es diseño.
Un proyecto de diseño personalizado en el que los arquitectos han cuidado hasta el último detalle dentro y fuera de esta rotunda pieza de arquitectura doméstica. Una vivienda con vocación urbana, que mira más allá de su vallado perimetral, mostrándose como un gran objeto de diseño que domina su tranquilo y agradable entorno residencial.
La Casa Villafranca está situada muy cerca de Madrid, en una gran parcela plana y rectangular rodeada de otras viviendas unifamiliares, todas ellas con su jardín y suficiente espacio a su alrededor. Un contexto muy monótono y tranquilo ideal para la vida familiar, donde la mayoría de los edificios dialogan sólo con su propio jardín y no miran más allá de los límites de su parcela. La Casa Villafranca no quiere eso, fue diseñada en base a una estrategia diferente, es un edificio que se interesa por su entorno.
Justo delante de la casa hay una hermosa y amplia alameda donde se alzan imponentes álamos, robles y algunas coníferas sobre una verde pradera. Sin duda, este espectáculo natural tenía que incorporarse al interior de la casa, ¡estaba ahí delante!
Es precisamente en la sección donde mejor se entiende la intención de este diseño residencial. La casa y todo el jardín trasero se elevan por encima de la calle, de modo que la planta baja, donde se desarrolla la vida cotidiana de la familia, está completamente abierta e integrada con el jardín trasero, y al mismo tiempo extiende sus vistas hacia los árboles circundantes, lo que aumenta enormemente la sensación de amplitud y espacio, incorporando la naturaleza del entorno al día a día del interior.
Una gran "C" redonda de piedra da personalidad y carácter urbano a la vivienda. Se trata en realidad de una estrategia arquitectónica que busca maximizar la expresividad geométrica de las prolongaciones de los forjados de planta baja y primera para crear porches y terrazas. Espacios intermedios que sirven de tránsito entre el interior y el exterior, cuyo objetivo no es otro que proteger la vivienda del fuerte sol madrileño mediante métodos pasivos, creando un preámbulo agradable alrededor de toda la casa, ayudando a su vez al ahorro energético.
Cuando uno se planta delante de la casa, le sorprende el peso de su arquitectura, el carácter tectónico de sus poderosas formas cuidadosamente compuestas y estudiadas para transmitir una sensación de contundencia y elegancia.
Desde el Interiorismo de la vivienda, los arquitectos han querido dar continuidad al carácter escultórico y monumental de su arquitectura, diseñando además piezas de geometría clara y contundente como la propia casa, resaltando así aquellos rincones más importantes para el día a día de la familia, como la mesa del comedor, el frente del salón donde se encuentran la chimenea y la televisión, los baños o los cabeceros de las camas.
Se han utilizado materiales de primera calidad, elegidos por sus cualidades plásticas y las sensaciones que transmiten, todos ellos combinados en tonos crema, gris, madera, azul y verde. Todo está estudiado al detalle para crear una sensación de total confort y alegría: los colores, las texturas, las mezclas de materiales y mobiliario, así como la iluminación artificial... ¡Vivir aquí es disfrutar a diario del placer del diseño!